La Clave del Éxito: Cómo controlar las emociones al Invertir

Gabriel Rodriguez
Gabriel Rodriguez

Cómo controlar las emociones al invertir

“La inversión favorece a los desapasionados. El mercado separa eficientemente a los inversores emocionales de su dinero.” Naval Ravikant

Invertir en Bolsa es como hacer un cóctel donde cada ingrediente debe de estar en la justa proporción. En el caso de la inversión hay muchas cosas que juegan un papel determinante: el dinero que inviertes, a qué activos los asignas y con qué proporción, las comisiones que pagas mediante tu intermediario financiero…

Poca gente se para a pensar en la influencia que tienen las emociones y reacciones en la rentabilidad que obtendremos. Hay quien dice que la inversión es 10% seleccionar los mejores activos y 90% nuestra psicología.

Párate a pensarlo. Esto tiene mucho sentido. Si invertimos a largo plazo (pongamos 10 años) únicamente deberemos elegir una estrategia de inversión en el momento inicial. Sin embargo, en todos los años posteriores nuestras emociones nos impulsarán en todo momento a vender cuando la cotización esta baja (miedo) y comprar cuando esté cara (codicia).

¿Resultado? Aun eligiendo el mejor fondo de inversión o las mayores empresas, podremos perder dinero si gestionamos pésimamente nuestras inversiones.

A continuación, analizaremos las principales emociones que afectan a la psicología de un inversor y las claves para controlar nuestros impulsos biológicos más ancestrales.

Básicamente deberemos convertirnos en un robot a la hora de invertir. Lo haremos gracias a un sistema automatizado para reaccionar con la misma impasividad ante cualquier escenario.

El péndulo de las emociones: miedo y codicia

Benjamin Graham describió perfectamente en una frase célebre cómo se comportan los mercados.

El mercado es como un péndulo que siempre oscila entre el optimismo insostenible (que hace que los activos sean demasiado caros) y el pesimismo injustificado (que hace que los activos sean demasiado baratos. El inversor inteligente es una persona realista, que vende a optimistas y compra a pesimistas.”

El miedo y la codicia serán nuestros principales enemigos emocionales.

Miedo

El miedo es el sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea. Cuando muchos inversores sienten pánico la Bolsa baja, ya que la desconfianza se traducirá en ventas apresuradas.

Cuando una persona siente miedo lo único que le importa es sobrevivir, a cualquier precio. A los inversores les pasa lo mismo. Dejan de ver a los mercados objetivamente, y solo quieren salir para no perder más. En la mayoría de los casos acaban vendiendo barato debido a sus impulsos.

Codicia

La codicia es el deseo vehemente de poseer muchas cosas, especialmente riquezas o bienes.

Lo mismo sucede que el pánico, pero al contrario. El exceso de confianza y las ganas de hacerse rico rápidamente hacen que los inversores queden totalmente ciegos ante los riesgos que conlleva invertir.

La codicia de los inversores hace que la Bolsa suba desproporcionalmente al valor real de los activos. Hace aguantar posiciones, aunque la mayoría de indicadores económicos nos diga que es momento de vender.

Trucos para controlar nuestras emociones al invertir

Para ganar más dinero con la Bolsa podemos hacer una serie de cosas que nos ayudarán a no dejarnos arrastrar por nuestras emociones. A destacar:

Largo plazo

Debemos tener una mentalidad largoplacista y no asustarnos por las fluctuaciones diarias de la cotización de nuestras inversiones. Grábatelo en tu mente: más volatilidad en el corto plazo significa más rentabilidad en el largo plazo.

Benjamin Graham decía: “Mister Market es un esquizofrénico en el corto plazo, pero recupera su cordura en el largo plazo.”

El precio de un índice bursátil como el S&P 500 o el IBEX35 se mueve locamente de arriba hacia debajo si lo miras diaria o mensualmente. Pero si haces zoom para detrás e intentas ver la tendencia de los últimos 50 años comprobarás que siempre, y a la larga, la Bolsa sube.

Si elegimos correctamente nuestra estrategia de inversión con un método con resultados casi garantizados en el largo plazo no tendremos nada que temer. Podremos vivir totalmente tranquilos.

Por eso te recomiendo encarecidamente que consideres la gestión pasiva como la mejor estrategia de inversión. Podrás invertir en todo el mundo y en las mayores economías globales.

Automatiza tus aportaciones

¿Te acuerdas lo de convertirnos en un robot cuando invirtamos? No tengas miedo de ser altamente emocional con tus seres queridos siempre que las emociones sean positivas, pero en Bolsa deberás tener sangre fría. Como diría El Padrino: “no es nada personal, son sólo negocios.”

Programa a principio de mes una transferencia a tu plataforma de inversión. Así, ya no podrás gastar ese dinero durante el mes en cosas innecesarias.

¿Por qué invertir todos los meses? Por que a la larga la rentabilidad se regula y no importa si has empezado invirtiendo en una tendencia bajista o alcista.

Abstenerse del ruido mediático

Es imposible eliminar totalmente nuestras emociones, al fin y al cabo, somos seres humanos.

Pero debemos de entender que los medios de comunicación están altamente sesgados. Muestran lo que quieren que veas.

¿Nunca te has preguntado por qué la mayoría de las noticias son negativas? Nuestra biología hace que reaccionemos más emocionalmente ante un hecho negativo que positivo. Esto tiene su explicación: nuestra genética piensa que está en peligro cuando algo malo sucede. Sin embargo, cuando algo bueno sucede se puede relajar.

Esto lo saben de sobra los medios de comunicación y lo explotan a diario a su favor. La mayoría de veces (y más en temas económicos) la prensa desinforma más que informa.

Te recomiendo que leas el libro de Factfulness de Hans Rosling para comprender todos los sesgos que nos hacen analizar erróneamente el mundo.

Este artículo ha sido escrito por Jordi García Lorenzo, autor del blog Dinero Bolsa. Muchas gracias a Iosu por darme el privilegio de escribir en su blog. Y espero que le haya sido muy útil a los lectores de Inversión Pasiva. ?

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